domingo, 26 de junio de 2011

"EL CRACK" (1981)

Película diferente a todo lo visto en la cinematografía de nuestro país, si bien hubo buenas películas en los 50 con elementos de cine negro ó policíaco.
La que nos ocupa es de comienzos de los 80, y sobre todo nos muestra a un Alfredo Landa irreconocible. Si en "El puente", de 1975, ya hizo un papel con tintes dramáticos, después de aquella etapa cómica a la que él mismo dió nombre, (el archiconocido "landismo"), y en "Las verdes praderas", de 1979, igualmente dirigida por Jose Luis Garci, (como ésta), bordaba el melodrama, en "El crack" interpreta a un tipo duro, Germán Areta, el cual se define a sí mismo en una frase dicha en un momento concreto del film "Sé que tengo cara de gilipollas, pero me jode la gente que se fía de las apariencias". La película trata de un modesto pero eficiente detective, Areta, al cual se le encomienda un  trabajo; buscar a la hija de un importante empresario, desaparecida. Aparentemente no es algo del otro mundo, pero el asunto se complica por momentos, conforme avanza la película. Una amiga suya y su niña, como una esposa y una hija para él, se verán también implicadas casi sin quererlo. Tuve ocasión de verla en la Filmoteca, y la reacción por parte del público y un servidor en un momento clave del film que no diré cual es, fué de las que no se olvidan. La película está fenomenalmente interpretada por la práctica totalidad de actores que intervienen, pero especialmente por sus protagonistas; Alfredo Landa, María Casanova, Miguel Rellán, José Bódalo y Manuel Tejada. A destacar el papel entrañable del barbero habitual de Areta, siempre hablando de boxeo, tan presente en el cine negro. El tipo le habla siempre como si hubiese vivido toda la vida en Nueva York, y dá la impresión que no ha pisado aquello en su vida. Mítica su frase "¡En el Madison Escuare Garden!". Cuando ocurre algo que no desvelaré, el citado barbero afeita a Areta por primera vez sin articular palabra. Un gran momento, por emotivo.
A mi parecer, y aunque hoy día se han hecho muchas cosas sobre materia policíaca o de cine negro, (especialmente en televisión), ésta película fué en su momento algo digno de ser visto, (y aún hoy día), y, en esa secuencia de la que no quiero hablar por no desvelarla... se sufre, se siente y se padece.
Mi nota para ésta película es un 9. Sobresaliente. Y me encanta la adaptación de "Merci, chérie" por parte de Jesús Gluck. Esas versiones al piano en otras películas de Garci como la de "Unchained melody" en "Sólos en la madrugada", es una lástima que no estén editadas. Son preciosas, melancolía pura. Y no se pierdan cómo aparece Madrid en ésta película.

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