lunes, 4 de julio de 2011

"NO ME CHILLES QUE NO TE VEO" (See no evil, hear no evil, 1988)

Película que me ha hecho reir siempre que la he visto, tanto en su día en cine, (unas tres veces incluído uno de verano que hubo en mi pueblo), como en vídeo, televisión o ahora en dvd.
La historia es original, aunque parezca simple; se produce un asesinato en una pequeña tienda cuyo propietario es sordo, y quien estaba en ese momento con él, trabajando allí, es ciego. Y ocurre que, en el momento crucial del disparo, el ciego lo oyó y el sordo no lo vió. Detrás de ese asesinato, hay algo más importante y peliagudo, hasta el punto que la vida de éstos dos corre serio peligro.
Para los anales de la historia de la comedia, (en mi opinión), está la secuencia del interrogatorio a ambos. Un policía le habla al sordo, de espaldas a él, y como sólo entiende lo que se le dice si se está delante para así poder leer los labios, el policía, ya mosqueado pensando que le estaba tomando el pelo, se pone frente al sordo por sugerencia del ciego, y le pregunta con mucha lentitud. El sordo, le replica igual, ó más despacio aún. Cuando el policía pregunta al ciego por qué habla así su amigo, éste le contesta, (hablando también despacio); "Porque .. es... sordo ... pero no... ¡gilipollas!". Pocas veces he visto carcajadas mayores que con ésta secuencia, pero es que algo así se dió varias veces en la película, como cuando el ciego ayuda a cruzar a otro ciego ó la pelea en el bar "Harvey pincha muros". Gene Wilder está sobervio como sordo, pero es que Richard Pryor parece ciego de toda la vida. Como curiosidad, citar que uno de los "malos" de la película, estaba interpretado por un entonces poco conocido Kevin Spacey, futuro Oscar a mejor actor por "American beauty".
Mi nota, un 9. Sobresaliente. Me hace reir siempre que la veo y lo mismo a muchos que la han visto conmigo. Inolvidable.

sábado, 2 de julio de 2011

"LOS QUE TOCAN EL PIANO" (1968)

A mi modo de ver, estamos ante la mejor comedia sobre pícaros que se ha hecho en nuestro país junto a "Los tramposos", naturalmente.
"Los que tocan el piano" hace alusión, en el título, a aquellos que son fichados por la policía, y ponen sus dedos, sus huellas, en la ficha policial, de ahí lo de "tocar el piano".
La historia nos cuenta las aventuras y sobre todo desventuras de tres pobres pícaros que se ganan la vida con engaños y "números" varios. A ellos se unirá un cuarto miembro, que ha pasado un tiempo en el extranjero, y parece una eminencia en la materia. De cualquier forma, los cuato resultan ser unos pobres diablos. Tony Leblanc, Alfredo Landa, Concha Velasco y Manuel Gómez Bur son esos cuatro. José Bódalo, en la primera película suya que tuve ocasión de ver y que desde entonces me ha gustado especialmente, interpreta a un comisario de policía que domina la jerga, el lenguaje popular entre policías y delincuentes. Bódalo y Alfredo Landa tienen uno de los momentos más brillantes de entre los muchos del film, cuando el primero, como comisario, interroga al segundo, aquí "el Torralba", empleando esa jerga, ante la cual, Torralba contesta "Ye ... ne compren pá ..sólo hablo español". Y cuando le preguntan por Madrid, qué le ha parecido, (pues él viene de un pueblo), Torralba contesta, muy serio y cortado; "Grande..muy grande.. ¡y mucho personal, ¿eh?". Y bueno.. mucho más. Es una secuencia que nunca me cansaré de ver y siempre me hará reir.
Destacaría también cuando aprenden kárate y se examinan, otra para los anales de la comedia en nuestro país. Y sobre todo, es digno de mencionar el uso que se hace de la música, con un tema para cada personaje, (el de "el torralba·, regional 100%), y casi cada momento, muy cómica y más propia de unos dibujos animados, con muchos efectos sonoros. Tiene diálogos MEMORABLES y los gags con el personaje de "Saza" como Tadeo Ramírez "el candidato", son brillantes, especialmente el de la muela. Casi se diría que se vislumbraba ese "Saza" en sus películas posteriores con Berlanga, víctima de faenas varias, tanto en "La escopeta nacional" como en "¡Todos a la cárcel!". Claro, que ésta es una opinión personal.
Resumiendo... un 10 en lo suyo para ésta película, con momentos para llorar de risa y un guión y puesta en escena para mí redondos. No olvidaré nunca muchos de los diálogos de ésta película ni la musiquilla que acompaña a "el torralba", sin olvidar a Tony Leblanc como el "cocosabio" intentando partir el ladrillo en la clase de kárate. Estamos de verdad ante una de las mejores comedias de la historia de nuestro cine.

viernes, 1 de julio de 2011

"ROCKY BALBOA" (2006)

Con ésta película, en el cine, me emocioné con los títulos de crédito iniciales y con casi todo en general. Lo que diré a continuación viene de lo más profundo del corazón de un cinéfilo. El hecho que hoy día podamos sentir, (al menos en parte), lo que pudieron sentir nuestros padres y millones de personas en todo el mundo, hace décadas, con esa música inolvidable y personajes tan carismáticos... es muy especial. En éste 2006, habían pasado ¡30 años! de la primera y mejor película de la saga, "Rocky", y ¡16! de la que era última hasta ésta que nos ocupa, ("Rocky V", la más flojilla pero digna como todas en mi opinión), y Stallone acababa de dar un dignísimo colofón a dicha saga. De entrada, los acordes del archiconocido "Gonna fly now" de Bill Conti, te ponen los pelos de punta. Y el saber que Adrianne ya no está con Rocky, te predispone a emocionarte, si o si. Cuando ves a Paulie, (Burt Young), y al viejo entrenador de Apollo Creed, (Delroy Lindo), te vienen tantos y tan bellos recuerdos, (todo ésto lo digo contando que la gran mayoría ha visto al menos dos ó tres películas de la saga cuando no todas como yo), que de nuevo no puede uno evitar emocionarse. Y si además tenemos imágenes de las anteriores películas... lloras (yo por lo menos lloré).
Nostalgia al margen, (y sólo por eso ya vale la pena ver la película), la historia está muy bien. Rocky, (Stallone), está ya mayor, cincuentón, y apartado del boxeo. Su mujer ya no está a su lado, aunque aún le queda su cuñado, Paulie. Su hijo quiere abrirse paso en el mundo laboral y entre sus amistades, deseoso que nadie sepa de quien es hijo, para estar seguro de ganarse lo que tiene por su valía. La vida de Rocky, dista mucho de ser emocionante y plena de acción como lo era un par de décadas atrás. Su corazón es el de un guerrero que necesita retos. Una simulación por ordenador en un programa deportivo, de un combate entre el actual Campeón del Mundo de pesos pesados, Dixon (el Campeón real, pero de semipesado, Antonio Tarver), y el Rocky de los ochenta, plantea dudas y curiosidad entre el público aficionado al noble arte; ¿podría Rocky ganar al Campeón actual?. En medio, una historia muy bonita con la dueña de un bar algo cutre, a la que Rocky intentó aleccionar cuando era una cría de doce años. A destacar también ese perro al que Rocky adopta, viejo como él. Una parte muy tierna.
Un 9 para ésta película. Me gustó mucho, y a todo aquel que me conoce le digo lo mismo; me parece la mejor de la saga junto a la primera, aunque, indudablemente, a nivel de acción y espectacularidad, me quedo con la tercera y la cuarta.